Boscoli Kriek cuando el chocolate y la cereza se dan la mano

Boscoli Kriek con tarta de chocolate amargo

Si hay una cerveza capaz de seducir desde el primer sorbo, es la Boscoli Kriek. Con su color rubí intenso, espuma rosada y aroma inconfundible a cerezas maduras, esta cerveza belga convierte cualquier mesa en una celebración sensorial. Basada en una witbier ligera y afrutada, se enriquece con jugo natural de cereza que aporta acidez vibrante y dulzor equilibrado, manteniendo un cuerpo suave y un final limpio.

La cerveza Boscoli Kriek no solo es un clásico moderno de Bélgica, sino también una de las más versátiles al momento de maridar. Su frescura y acidez permiten jugar tanto con platos dulces como salados, siempre con un toque gourmet que despierta el apetito. A continuación, tres propuestas irresistibles —encabezadas por una tarta que rinde homenaje al matrimonio eterno entre la cereza y el chocolate— para disfrutar esta cerveza como lo haría un verdadero amante de la gastronomía belga.

1 Tarta de chocolate amargo con cerezas y crema batida

No hay mejor pareja para una Kriek que el chocolate. La tarta de chocolate amargo, acompañada de cerezas frescas y una nube de crema batida, es un maridaje natural para la Boscoli Kriek. El cacao intenso del postre se equilibra con la acidez y el dulzor de la cerveza, mientras las cerezas del pastel y de la bebida se entrelazan en una misma nota frutal.

La carbonatación ligera limpia el paladar después de cada bocado, y la frescura de la cerveza evita que el postre se vuelva empalagoso. La crema batida aporta un toque lácteo y etéreo que suaviza el conjunto y deja un final elegante, con ecos de mousse y cacao.

Es un maridaje que podría haber nacido en Bruselas: refinado, equilibrado y con esa capacidad de hacer que el dulce y el ácido convivan en armonía. Perfecto para cerrar una comida especial o compartir en una tarde de sobremesa con buena compañía.

2 Queso azul con pan de centeno y compota de frutos rojos

Pasemos al contraste: sal, grasa y acidez. Un buen queso azul belga o danés, servido sobre pan de centeno tostado y coronado con una cucharadita de compota de frutos rojos, crea un encuentro intenso con la Boscoli Kriek.

La sal del queso se equilibra con el dulzor de la cerveza; la grasa se corta gracias a su acidez natural, y los toques frutales del pan de centeno hacen eco del fondo maltoso de la Boscoli. En boca, la combinación se vuelve redonda: primero la potencia del queso, luego el frescor de la cereza, y al final, un retrogusto afrutado y limpio que te invita a repetir.

Este maridaje demuestra que la cerveza belga puede ser tan gastronómica y sofisticada como un vino. Una Kriek bien servida tiene la elegancia para acompañar un postre o un plato de quesos con la misma naturalidad.

3 Boscoli Kriek con Ensalada de pato ahumado con naranja y nueces caramelizadas

Para un plato más ligero pero lleno de matices, una ensalada templada de pato ahumado es un acierto total. Las rebanadas finas de magret, el toque cítrico de la naranja y la textura crocante de las nueces caramelizadas crean una armonía que la Boscoli Kriek eleva con frescura y profundidad.

Su acidez corta la grasa del pato, las notas de cereza complementan la naranja y el dulzor frutal envuelve la caramelización de las nueces. Cada sorbo funciona como un reset: limpia, refresca y realza todos los sabores del plato. Es una combinación que brilla tanto en un almuerzo sofisticado como en una cena ligera con acentos gourmet.

La herencia belga de las cervezas Kriek

El estilo Kriek tiene raíces en el corazón de Bélgica, donde las cervezas lambic —fermentadas espontáneamente con levaduras naturales del ambiente— se mezclaban con cerezas agrias (krieken) para crear una bebida frutal, viva y compleja. Aunque las versiones más tradicionales, como Boon Oude Kriek o 3 Fonteinen, conservan esa acidez rústica y seca, cervezas modernas como Boscoli Kriek reinterpretan el estilo con un enfoque más amable y refrescante, ideal para el público contemporáneo.

Su perfil ligero, ligeramente dulce y chispeante permite maridajes audaces, y su versatilidad la hace tanto una cerveza de postre como una excelente acompañante para carnes suaves, quesos o ensaladas con frutas.

Otras cervezas Kriek que merecen un brindis

Clásicas belgas:

  • Lindemans Kriek – Suave, frutal y muy aromática.

  • Boon Kriek – Más seca, ácida y elegante.

  • Mort Subite Kriek – Refrescante, ideal como aperitivo.

  • 3 Fonteinen Oude Kriek – Compleja, con un perfil más vinagre y natural.

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